VIOMÉ nos aclara algunas cuestiones sobre el aceite de palma que usan en algunos de sus productos:

Usamos aceite de semilla de palma (en italiano se llama olio di palmisti). Es un subproducto/producto derivado de la producción de aceite de palma (es decir, que se genera a partir del desecho de la producción de aceite de palma estándar), lo que es positivo. Pero en cualquier caso, la producción de aceite de palma que usamos es una producción tradicional de aceite vegetal (especialmente en la zona del Océano Índico). Sí, hay problemas con la producción masiva y especulativa de aceite de palma (respecto a sus efectos medioambientales y también respecto a las condiciones laborales), pero lo mismo se puede aplicar a la mayoría de los aceites vegetales producidos masivamente (también a la producción de aceite de oliva en Grecia, España, Italia, Marruecos, etc.). El aceite de semilla de palma que usa VIOMÉ tiene certificación RSPO (Rountable on Sustainable Palm Oil, rspo.org), aunque no es algo que nos satisfaga especialmente. Consideramos que las certificaciones como esta son más bien una forma de marketing de la producción capitalista, frente al control democrático de la producción y la distribución por parte de los trabajadores y la sociedad, que es el que defendemos en VIOME. Aunque es algo que nos gustaría hacer en el futuro, no podemos costear el aceite de pequeños productores locales en las zonas zapatistas de México o de otros productores 100% justos y sostenibles.

Adicionalmente, esta gran discusión sobre el aceite de palma procede de la competición internacional capitalista y sus grupos de presión. El aceite de palma es el segundo aceite vegetal en producción mundial. El primero es el de soja, producido principalmente en Estados Unidos y China, frente a la producción de aceite de palma que se concentra mayormente en Indonesia, Madagascar y Latinoamérica. En general, apoyamos producciones tradicionales (palma, almendra, girasol, oliva, etc.), aunque sabemos que deberíamos preguntarnos siempre sobre las condiciones de trabajo, la esclavitud y el trabajo infantil, efectos medioambientales, sostenibilidad, etc. Esto también es parte de nuestra lucha por “autogestionar todos los campos de la vida”

Sabemos que hay algunas personas que están 100% convencidos de que el aceite de palma es un “producto del Diablo”, pero esperamos que sean solo unos pocos.