Obradores culinarios

Pocas cosas hay en el mundo más universales que el comer. Ya sea por necesidad o por placer, millones de personas a lo largo de la historia se han sentado alrededor de una mesa, una hoguera o un trozo de pan para degustar colectivamente. Acto político sin pretenderlo, vencer las dentelladas de hambre convirtiéndolo en momentos de placer.

De igual manera una cocina puede ser el espacio más subversivo jamás imaginado. La invención en el cocinar no nace solo del lujo y del poder, sino de la necesidad y la precariedad; es aquí donde se vuelve realmente creativa. La cocina que imaginamos no es un espacio vacío lleno de ollas, sartenes y afilados cuchillos. Pertenece a todas como el comer es necesidad de todas. Es el lugar donde nos encontramos, intercambiamos recetas, las reelaboramos en función de las exigencias con lo que tenemos a mano y recuperamos viejos saberes antes de que caigan en el olvido. Y es el lugar donde, mientras comemos, maquinamos.

El Obrador Culinario del Nodo pretende ser esto y mucho más. Todo lo que quien lo use imagine. Las que a día de hoy usamos el espacio no somos expertas cocineras ni pretendemos serlo. Hemos aprendido lo poco o mucho que sabemos a base de hacer. ¡Cuántas lentejas se nos habrán agarrado, cuántas masas demasiado crudas o quemadas, cuántas fermentaciones, derrames y derrapes habremos hecho entre estos fogones..! Lo que ofrecemos son los medios de producción que el común ha ido consiguiendo a través de distintas colectivizaciones y los saberes que hayamos podido acumular y generar. La tierra para el que la trabaja, la cocina para el que la disfruta.

Y recuerda, tú también, deja limpia la cocina, camarada.

Si necesitas espacio para cocinar, utensilios, máquinas o tienes dudas y quieres aprender, no dudes en escribirnos o pasarte por nuestro local.

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